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Tarta de queso con leche condensada: la receta más cremosa y fácil que me enseñó mi abuela

La tarta de queso con leche condensada no es solo uno de los postres más deliciosos y fáciles de preparar, sino también un viaje directo a los recuerdos más dulces de mi infancia. Cuando era niña, solía pasar los veranos en casa de mi abuela en un pequeño pueblo entre montañas. No había televisión ni internet, pero sí algo mucho mejor: su cocina.Allí, entre aromas a vainilla, ralladura de limón y risas contagiosas, descubrí sabores que se grabaron para siempre en mi memoria. Uno de ellos era su famosa tarta de queso y leche condensada, suave, cremosa y con ese dulzor reconfortante que abrazaba el alma. Cada vez que la preparo, siento que vuelvo a esos días de sol, siestas y cariño servido en porciones.Hoy quiero compartir contigo esta receta tradicional, con todo el sabor de antes, pero adaptada a los tiempos de hoy: fácil, rápida, versátil y perfecta para cualquier ocasión. Si buscas cómo hacer una tarta de queso cremosa sin complicarte, sigue leyendo, porque lo que viene te encantará.Hoy quiero compartir contigo esa receta con un toque moderno, sin complicaciones, perfecta para endulzar cualquier momento especial.

¿Por qué te encantará esta tarta?

  • Es fácil y rápida de preparar, sin complicaciones.
  • Su textura es cremosa y ligera, gracias al uso de leche condensada.
  • Puedes hacerla sin horno o horneada, ¡tú eliges!
  • Apta para celebraciones, meriendas o simplemente un antojo dulce.
  • Admite muchas variaciones: con base de galleta, sin gluten, con fruta, sin lactosa…

Ingredientes clásicos (versión básica al horno)

  • 400 g de queso crema (tipo Philadelphia)
  • 1 lata (370 g) de leche condensada
  • 3 huevos
  • Zumo de medio limón
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla

Opcional para la base: tarta de queso con leche condensada

  • 200 g de galletas tipo María
  • 80 g de mantequilla derretida

Paso a paso: Tarta de queso con leche condensada (al horno)

1. Prepara la base (opcional)

  • Tritura las galletas hasta obtener polvo fino.
  • Mezcla con la mantequilla derretida y cubre el fondo de un molde desmontable.
  • Presiona bien y mete al congelador mientras preparas el relleno.

2. Mezcla la crema

  • Bate el queso crema hasta que esté suave.
  • “Incorpora la leche condensada lentamente, sin dejar de batir, hasta que la mezcla quede suave y homogénea.”
  • Incorpora los huevos uno a uno, batiendo suavemente.
  • Agrega el zumo de limón y la vainilla. Mezcla hasta obtener una crema homogénea.

3. Horneado

  • Precalienta el horno a 170 °C.
  • Vierte la mezcla sobre la base (o directamente en el molde si no usas base).
  • Hornea durante 40–45 minutos, hasta que esté cuajada pero aún ligeramente temblorosa en el centro.
  • “Permite que la tarta se enfríe primero a temperatura ambiente, y después llévala al frigorífico por un mínimo de 4 horas —aunque si puedes dejarla reposar toda la noche, estará aún más deliciosa.”

Versión sin horno (¡aún más fácil!)

¿Sin ganas de encender el horno? Aquí tienes una opción igual de deliciosa:

Ingredientes:

  • 400 g de queso crema
  • 1 lata de leche condensada
  • 200 ml de nata para montar (mínimo 35% MG)
  • 6 hojas de gelatina neutra
  • Zumo de 1 limón

Preparación:

  • Hidrata la gelatina en agua fría.
  • Calienta el zumo de limón sin hervir y disuelve ahí la gelatina.
  • Bate el queso con la leche condensada.
  • Añade la nata montada con movimientos envolventes.
  • Incorpora la gelatina disuelta.
  • Vierte sobre un molde con base de galletas y refrigera 6 horas mínimo.

Variaciones que te encantarán

1. Sin lactosa

  • Usa queso crema y leche condensada sin lactosa.
  • Sustituye la nata por alternativas vegetales.

2. Sin gluten

  • Verifica que las galletas elegidas para la base no contengan gluten si deseas una tarta apta para celíacos.”
  • El resto de ingredientes ya son naturalmente libres de gluten.

3. Con fruta

  • Añade mermelada de frutos rojos encima.
  • O cubre con rodajas de fresa, mango o arándanos antes de servir.

4. Con chocolate

  • Añade una base de ganache de chocolate negro por encima.
  • O mezcla cacao en polvo con el relleno para una tarta de queso chocolateada.

Trucos para una tarta perfecta

  • No batas en exceso, así evitas que se agriete en el horno.
  • Usa un molde desmontable para desmoldarla fácilmente.
  • Si usas horno, deja que se enfríe dentro con la puerta entreabierta.
  • Para mayor cremosidad, puedes sustituir parte del queso por mascarpone.

¿Se puede congelar esta tarta?

¡Sí! La tarta de queso con leche condensada se congela muy bien.

Tips:

  • Congélala sin toppings.
  • Envuélvela en film y luego en aluminio.
  • Para servirla, sácala al refrigerador la noche anterior.

¿Cuánto dura en la nevera?

Una vez preparada y refrigerada, puedes conservarla entre 3 y 5 días perfectamente en un recipiente hermético.

tarta de queso con leche condensada
tarta de queso con leche condensada

FAQ – Preguntas frecuentes: tarta de queso con leche condensada

¿La leche condensada reemplaza al azúcar?

Sí, su dulzor es suficiente, no necesitas añadir azúcar extra.

¿Se puede usar yogur en lugar de nata?

Sí, pero la textura será más ligera y no tan cremosa.

¿Puedo prepararla con leche evaporada?

No es lo ideal, ya que no tiene el dulzor ni la densidad de la leche condensada.

¿Qué tipo de queso es mejor?

Queso crema tipo Philadelphia, pero puedes usar mascarpone o ricotta para variar.

¿Cuánto tiempo hay que enfriar la tarta antes de servir?

Mínimo 4 horas, pero lo ideal es dejarla toda la noche.

Ideas para decorarla :tarta de queso con leche condensada

  • Con mermelada de frutos del bosque.
  • Con una capa fina de caramelo o dulce de leche.
  • Con ralladura de limón o lima.
  • Con chocolate fundido o chips por encima.

Conclusión: el postre que nunca falla

La tarta de queso con leche condensada es mucho más que una receta: es ese sabor que nos conecta con lo que amamos. Es fácil, deliciosa, y siempre deja a todos con ganas de repetir. Ya sea al horno o sin él, en versión clásica o con tu toque personal, este postre se convertirá en un clásico en tu mesa. Y quién sabe… tal vez un día, alguien de tu familia la recuerde con tanto cariño como yo recuerdo la de mi abuela.

Claves importantes para recordar:

  • Lleva solo 5 ingredientes básicos.
  • Puedes hacerla al horno o sin hornear.
  • Es versátil: apta para personas con intolerancias.
  • Perfecta para cualquier ocasión: desde una cena elegante hasta una merienda con amigos.
  • Se conserva bien y se puede congelar.

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